Con
ternura, con paz, con inocencia,
Con una blanda tristeza o el cansancio
Que viene a ser un perro fiel que acariciamos,
Estoy sentado en mi sillón y soy feliz,
Y soy feliz
Porque no siento la necesidad de pensar algo preciso.
Con una fatiga que no es un desengaño,
Con un gozo que no alienta esperanzas,
Estoy en mi sillón, y estoy
En algo que quizás sólo es amor.
Sé que floto
Y nada me parece sin embargo indiferente;
Sé que nada me alegra ni me duele
Y que sin embargo todo me enternece;
Sé que eso es el amor,
O que quizá solamente es un dulce cansancio;
Sé que soy feliz
Porque no siento la necesidad de pensar algo preciso.
Con una blanda tristeza o el cansancio
Que viene a ser un perro fiel que acariciamos,
Estoy sentado en mi sillón y soy feliz,
Y soy feliz
Porque no siento la necesidad de pensar algo preciso.
Con una fatiga que no es un desengaño,
Con un gozo que no alienta esperanzas,
Estoy en mi sillón, y estoy
En algo que quizás sólo es amor.
Sé que floto
Y nada me parece sin embargo indiferente;
Sé que nada me alegra ni me duele
Y que sin embargo todo me enternece;
Sé que eso es el amor,
O que quizá solamente es un dulce cansancio;
Sé que soy feliz
Porque no siento la necesidad de pensar algo preciso.
Autor: Gabriel
Celaya
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