Sueño a menudo el sueño
sencillo y penetrante
de una mujer ignota que adoro y que me adora,
que, siendo igual, es siempre distinta a cada hora
y que las huellas sigue de mi existencia errante.
Se vuelve transparente mi
corazón sangrante
para ella, que comprende lo que mi mente añora;
ella me enjuga el llanto del alma cuando llora
y lo perdona todo con su sonrisa amante.
¿Es morena ardorosa? ¿Frágil
rubia? Lo ignoro.
¿Su nombre? Lo imagino por lo blando y sonoro,
el de virgen de aquellas que adorando murieron.
Como el de las estatuas
es su mirar de suave
y tienen los acordes de su voz, lenta y grave,
un eco de las voces queridas que se fueron…
Poema forte e belo. Onde o amor corre fluente, em cada verso.
ResponderEliminarGostei muito, estimada amiga.
Votos de um feliz fim de semana.
Beijinhos!
Mário Margaride
http://poesiaaquiesta.blogspot.com
Gracias Mario por tu comentario.
ResponderEliminarTe deseo un hermoso fin de semana.
Cariños amigo
Excelente poema
ResponderEliminarUn abrazo
Un poema aleccionador. Un a brazo
ResponderEliminarCarlos
Pablo, gracias por la visita y tu comentario.
ResponderEliminarCariños
Carlos Augusto, gracias por tu comentario, que tengas un bello día.
ResponderEliminarCariños
Me gusta la comparación con las estatuas, un arte que me fascina. Saludos.
ResponderEliminarJLO, gracias por tu comentario y visitar este rinconcito de Poetas.
ResponderEliminarCariños